
Moisés Zarco, candidato del PAN a la alcaldía de Coatzacoalcos, realiza un llamado urgente sobre la belleza natural de la ciudad, específicamente enfocándose en el Malecón. Aunque el Malecón es un lugar emblemático, Zarco no oculta la realidad: la suciedad en este espacio público es innegable. Su declaración, realizada en el contexto de su campaña electoral, invoca la responsabilidad colectiva de los ciudadanos para cuidar y mantener sus espacios públicos limpios.
Este mensaje, que Zaco emite en un año donde el medio ambiente se convierte en un tema prioritario, parece más una estrategia política que una genuina preocupación. Al enfatizar la riqueza de las playas y los amaneceres de la región, el candidato intenta conectar emocionalmente con los habitantes, pero surgen interrogantes: ¿qué acciones concretas propone para resolver el problema de la suciedad en el Malecón?
Como candidatos como Zarco buscan ganar la confianza de los ciudadanos, sus palabras deben ir acompañadas de compromisos reales. Aunque su llamado a apreciar y proteger los espacios naturales puede sonar inspirador, la historia de Coatzacoalcos está llena de promesas incumplidas y falta de acción por parte de las autoridades, lo que levanta un velo de escepticismo sobre las intenciones del candidato.
La relación íntima entre la protección del medio ambiente y el bienestar de la comunidad es clara: si los ciudadanos desean un liderazgo que realmente se comprometa a transformar Coatzacoalcos, necesitan evaluar a los candidatos en base a su capacidad para hacer de la limpieza y cuidado del Malecón una prioridad.
Las próximas elecciones son cruciales, no solo para el futuro político de Coatzacoalcos, sino para la conservación de sus riquezas naturales. La familia coatzaquense merece un gesto genuino de cambio y no solo palabras vacías en el marco de una campaña electoral. El Malecón, un símbolo de la belleza de nuestra ciudad, no puede seguir siendo ignorado y descuidado.